Relación de las empresas saludables y la PRL.
Tras más de 20 años del nacimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, son muchas las empresas que ya cuentan con políticas y una cultura preventiva definida para poder llevarlo a cabo, aunque otras muchas la aplican por obligación y por guardarse las espaldas, es decir, como una prevención de armario.
La prevención de riesgos laborales, además de velar por la seguridad y salud de los trabajadores, también se encarga de generar un buen ambiente en el trabajo, donde los trabajadores se sientan protegidos y valorados, y esto, es un requisito fundamental para conseguir ser una empresa saludable.
Por empresa saludable se entiende aquellas en que, tanto trabajadores como directivos, se centran y colaboran para conseguir una mejora continua y así promover la seguridad, salud y bienestar de todos y cada uno de los trabajadores en el lugar de trabajo. Con ello se pretende conseguir una satisfacción plena en el lugar de trabajo, ya que la calidad de los recursos humanos de una empresa está directamente relacionada con la productividad y rendimiento de los mismos, y dicha calidad se puede incrementar mediante la aplicación de políticas saludables siguiendo 5 pasos: Diagnóstico, elaborar un plan, realizar un seguimiento del mismo, evaluar si funciona o donde falla y finalmente, realizar una comunicación interna entre los miembros de la organización, ya que sin la colaboración de los trabajadores no es posible que funcione.
A pesar de la implantación de la prevención de riesgos en las empresas, durante los últimos años los accidentes laborales han aumentado de manera considerable, y por ello, el hecho de tratar de ser una empresa saludable, otorga numerosos beneficios en este campo, además de ser una estrategia de diferenciación entre las empresas, y en cierto modo, una ventaja competitiva.